Por cinco pesetas jugabas una partida, y si metías una moneda de cinco duros, ya era la ostia, te daban seis partidas de cinco bolas cada una, y eso sin contar con las bolas extras, los especiales y las partidas que te pudieras hacer por puntos. En resumen, que con un poco de arte que tuvieras dándole a los petacos, te pasabas toda la tarde por una moneda.
Siempre recordaré aquel sonido de las bolas al chocar con el cristal, el cabreo de tu colega cuando llevabas cinco minutos con una bola y él tenía que estar esperando, el golpe a mano abierta para poner la bola en juego, y sobre todo aquellas faltas cuando te pasabas dándole ostiazos pa que no te tragara la bola.…… Aaaaahí que tiempos aquellos.
Hace un tiempo.
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El último camino fue hace cinco años. En aquel diciembre frio. Si todo
marcha y fluye..
el siguiente también será en diciembre.
Vilar do Barrio. Orense.
Hace 6 años
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