lunes, 23 de febrero de 2009

EL OTOÑO EN ASTURIAS

A mí nunca me gustó el otoño, y menos aún el invierno. Parecía todo tan triste, frío, como si la vida se detuviera. Siempre preferí la primavera, y aún mejor, el verano, con la savia circulando a pleno rendimiento, las flores , la luz. No me importaba el calor, ni los insectos, no se, me hacía sentir vivo. Pero no se por qué extraña razón, de hace un tiempo a esta parte he cambiado. El punto de inflexión se produjo hace unos años, en un típico día otoñal en el que tenía a la parienta empollando (menos mal que valío pa algo). Acababa de comprarme mi primera cámara digital y decidí coger el coche e ir a patearme una ruta que había ojeado días antes. La caminata en cuestión parte del pueblo de Orle, en el concejo de Caso ( al montañeru pa que contarle, la habrá hecho cincuenta veces por lo menos). Fue allí sentado, en un descanso, cuando me dí cuenta de lo que había ignorado todos esos años.
Ahora, a veces cuando estoy agobiado, me relaja mucho tirarme en el sofá, poner algo de chillout e imaginarme paseando por esos bosques con sus suelos tapizados de hojas multicolores, musgos de verdes infinitos, frutos de todos los sabores y setas de mil formas. Me encanta el Otoño.

P.D.- En mi album Picasa he abierto otro apartado titulado “Otoño”. Si os apetece echarle un ojo, pues ya sabéis, pero eso sí, luego a poneme como un trapu que últimamente ye abrir la boca y bofetón que te crió.

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